jueves, 11 de septiembre de 2014

A propósito del texto "La explosión del periodismo" de Ignacio Ramonet - Cap 1: Una crisis de identidad

De la catástrofe que propone el autor a la reflexión constructiva


  • Primero plantea que en la nueva sociedad de redes cada persona es un periodista "en potencia", y que no solo no es inferior a un periodista profesional sino que además compite por la supremacía. Esto es irrelevante ya que al haber un mercado cada vez mayor para la expresión y la opinión no es competencia laboral quien no sea periodista profesional. Además mientras más voces sean escuchadas (y leídas) desde abajo, mayor hegemonía del conjunto de la sociedad va a existir en materia de medios de comunicación, ya que en la actualidad sigue predominando el control de estos en la manos de unos pocos.

  • Luego dice que en la urgencia por escribir se informa mal. Esto es según desde donde se mire. Los medios alternativos desarrollan información completa y acabada sobre distintas temáticas que afectan a los trabajadores y sectores populares, a la mayoría de la población, y no por ello se desinforma cuando se le da importancia a las noticias de último momento. Mas que nada ese es un recurso de los medios masivos que tienden a minimizar la importancia de las noticias que afectan directamente al conjunto de la población para privilegiar las que son generadas desde los sectores empresariales y de gobierno.

  • Más entrado en el texto indica que: "el auge de las redes sociales actualiza así el proyecto de una mayor democratización de la información" El acceso a las redes sociales, a internet, y a posesión de una computadora no está democratizado totalmente. No todas las personas pueden dedicar parte de su tiempo necesario para el acceso a la información y a la producción de la misma debido a las exhaustivas horas de trabajo, por ejemplo. Es más, los sectores más vulnerables ni siquiera tienen acceso a una máquina.

  • Por último, concluye que los medios digitales ponen en crisis a los medios tradicionales, dando descripciones de situaciones ocurridas, como los despidos de los trabajadores de prensa en EEUU y Europa, y da muy pocos datos sobre el resto del mundo. En momentos de crisis económicas los despidos masivos afectan a las diferentes ramas del trabajo. Si bien puede ocurrir que en algunos países y regiones se privilegie mas el periodismo digital que el tradicional, esto no implica que deje de existir la prensa escrita, la radio y la televisión. Pone énfasis también en el trabajo precarizado de los periodistas actuales, pero esto más tiene que ver con las condiciones que impone al mundo del trabajo el sistema capitalista actual que a la llegada de internet como medio de comunicación.

En síntesis, el autor tiene una mirada catastrofista de la entrada de internet a la vida periodística. Al menos en este primer capítulo no valora lo interesante de este nuevo medio de comunicación para, por ejemplo, permitir que otros actores sociales que no tienen acceso ni poder de participación en los medios hegemónicos, puedan expresarse desde la web como una forma alternativa. En definitiva, como una forma de resistencia contra cultural a la hegemonía empresarial y estatal de los medios de comunicación en la actualidad.




0 comentarios:

Publicar un comentario